Quienes hayan tenido la suerte y digo esto último por que en realidad hoy en día hay que tener suerte para conocerla y más para fotografiarla, sabrán y estoy seguro coincidirán conmigo que se trata de una de las más hermosas obras del arte del tallado del barroco del Cusco, lamentablemente en la actualidad la protege celosamente un oscuro personaje sirviente de la orden de los Franciscanos quién se presume de guía del recorrido del convento, yo para poder entrar tuve que prácticamente rogar por ello con boleto de ingreso ya pagado en mano, y no se me permitió tomar ninguna foto, y además se me exigió un pago extra más caro que el boleto turístico mismo. Pero me molesta que si sean bienvenidos los turistas del Hotel Monasterio a quienes se les permite visitar el convento con música de violines, a la luz de las velas y con banquetes servidos solo para los extranjeros. Vaya voto de pobreza que hacen los padres Franciscanos en lugar de difundir la historia y la cultura de la ciudad d...